El león moribundo, un memorial en Lucerna

«El trozo de piedra más triste, conmovedor y contundente del mundo», así definió Mark Twain una de las esculturas de piedra más antiguas de Suiza, el Monumento al león de Lucerna, también conocido como el León Moribundo de Lucerna.

El increíble monumento se encuentra tallado en roca de arenisca, cerca del borde oriental de la ciudad medieval de Lucerna, a orillas de un lago.

La historia del monumento nos lleva a los acontecimiento de la Revolución Francesa, concretamente al 10 de agosto 1792, cuando una turba de furiosos plebeyos se reunieron en el Palacio de las Tullerías en París, exigiendo la ejecución del rey Luis XVI y su familia.

Miles de hombres de la Guardia Suiza trataron de proteger a la familia real. En un primer momento, la suerte estaba de su lado, pero la fuerza de los rebeldes que portaban armas de fuego y la inferioridad de la Guardia Suiza se hicieron sentir: cerca de 600 personas perdieron la vida en el palacio, otras 60 fueron capturadas y ejecutadas, otras tantas murieron por heridas o fueron víctimas de la masacre de París. Se cree que de más de un millar de defensores que tenía el palacio, solo lograron sobrevivir unos 350 guardias.

Por casualidades del destino, uno de los oficiales de la guardia (Karl von Pfyffer Altishofen), un teniente y un descendiente de una familia aristócrata se encontraban esos días de vacaciones en Lucerna. La noticia de tan trágico suceso les sorprendió y se sintieron obligados a rendir un homenaje a los guardias caídos.

En 1818, Karl von Pfyffer Altishofen comenzó a recaudar fondos para el memorial, y un año más tarde, el proyecto del monumento estaba listo: su autor fue el escultor danés Bertel Thorvaldsen.

Durante dos años se estuvo tallando el león moribundo en la roca, en una zona privada de una antigua cantera, en las orillas de un lago. Su inauguración tuvo lugar el 10 de Agosto de 1821 y en 1882 pasó a ser propiedad de la ciudad de Lucerna.

El monumento tiene una altura de 6 metros y una longitud de 10. Representa un león caído, herido de muerte sobre un escudo con la flor de lís de la Monarquía francesa y el escudo de Suiza.

La inscripción sobre el memorial reza: «a la lealtad y la valentía de los suizos». Además están grabados todos los nombres de los muertos y de los supervivientes de aquel 10 de Agosto de 1792 en París.

A día de hoy es el gran atractivo para todos los turistas que hacen un viaje a la ciudad de Lucerna.