Si no tiene mucho tiempo para disfrutar de la ciudad, si está de paso pero quiere llevarse un poco de Florencia en los sentidos no puede dejar de comerse un rico sándwich en I due Fratellini, o disfrutar de un lunch callejero cerca del Palazzo Vechio.

En Florencia todos tienen un lugar preferido para comer helados. Pase por el suyo en Grom, el sabor del caramelo le dejará un grato recuerdo en el paladar imposible de olvidar.

Pase por la pequeña tienda Madova, cruzando el Ponte Vecchio y llévese unos guantes hechos por especialistas del lugar, amantes de este arte. El lugar está abierto desde 1919, y ha surtido desde ese momento a muchas casas de guantes en toda Italia.

Y no olvide llevarse una de las mejores vistas de la ciudad. Vaya a San Miniato al Monte, uno de los lugares más altos de la ciudad y llévese una inolvidable panorámica de Florencia en su cámara (y en los ojos).