Para poder tener un mejor control en los vuelos comerciales internacionales se crearon en muchos países organismos administrativos que se rigen bajo un reglamento creado en la convención de Chicago de 1944, en el cual se actualizaron las normas establecidas en la convención de Paris de 1919.
En este convenio formaron parte más de 52 Estados quienes lograron ponerse de acuerdo para darle fin a la parálisis sufrida a consecuencia de la segunda guerra mundial.
Fue así como en 1947 surgió un organismo internacional llamado Organización de aviación civil Internacional (OACI) con la capacidad de regular los aspectos fundamentales de la aviación entre los que podemos mencionar, licencias, reglamentos aéreos, meteorología, cartas aeronáuticas, unificación de unidades de medida aeroterrestres, operación de aeronaves, marcas de nacionalidad y matricula de aeronaves, aeronavegabilidad, telecomunicación, facilitación, servicio de tránsito aéreo, búsqueda y salvamento, investigación tanto de accidentes como de incidentes aéreos, aeródromos, servicios de información, como proteger el medio ambiente, seguridad antiterrorista de la aviación civil y transporte de mercancías peligrosas.
Si no existiera un organismo que regulara todas estas actividades, los vuelos estarían en un caos total, lo que provocaría interminables violaciones a los espacios aéreos de cada nación y por lo tanto un peligro inminente de guerra, además de todo tipo de accidente aéreo debido a que no existirían líneas de vuelo establecidas y sería como calles urbanas sin semáforos, yendo y viniendo sin control, así que por el bien de la humanidad el congreso fue lo mejor que pude suceder.