Visitar La Tour d’Argent, un histórico restaurante lleno de magia y de romance en la ciudad del amor

París, la ciudad del amor dicen muchos, y no es para menos, allí se encuentran cientos de destinos repletos de misterio y aires sumamente románticos para visitar en pareja. Y hoy deseamos comentarles un sitio en particular que goza de una riquísima historia, y es esto precisamente lo que le da un aire mágico.

Hablamos de La Tour d’Argent, un bellísimo restaurante donde se sirve la rica y maravillosa comida francesa, que además, es considerado uno de los lugares más históricos de París, y no es para menos.

El restaurante La Tour d’Argent ha sido inaugurado en el año 1582, hablamos de unos 430 años al servicio de sus comensales, de hecho, se dice que este era frecuentado por ni más ni menos que el mismísimo Enrique IV, aunque no existen documentos que afirmen esto, existen cientos de historias relacionadas con esto, y no es para menos, ya que ha sido nombrado en una guía de París realizada en el año 1860.

Curiosamente, este mágico y magnifico restaurante ha pertenecido siempre a la misma familia, y continúa siéndolo, actualmente el dueño del mismo es el señor André Terrail, quien continúa con este antiquísimo trabajo familiar que lleva varias generaciones.

No deberíamos pensarlo mucho, en una visita a París en pareja, para disfrutar ambos no debe faltar bajo ningún concepto una espléndida cena romántica, que puede ser sobradamente en La Tour d’Argent, que además goza de una maravillosa vista al Río Sena, pero no solo eso, sino que además cuenta con vistas a la Catedral de Notre Dame, la cual ha sido cuna de hermosas historias como la que supo ganarse el corazón de muchos por parte de Disney, hablamos del Jorobado de Notre Dame.

Curiosamente, más allá de todo este aire especial que rodea a este maravilloso restaurante, la calificación por medio de las estrellas le ha ido en declive, pasando de 3 a 2 en el año 1996, y a una sola en 2006, por lo que en precio debe ser más accesible que los lujosos restaurantes de París, y no por esto debemos considerar que sea de mala calidad, de hecho, durante los últimos años ha gozado de un gran impulso que fue totalmente inesperado, y es que Pixar decidió tomarlo como inspiración para realizar el film Ratatouille.

Todo esto debería hacernos una idea del altísimo valor que tiene esta reliquia histórica que ha visto cientos de romances florecer en sus mesas, a la luz de sus velas, frente al río Sena. Un magnífico sitio para complementar una buena visita a París con mucho amor.