La catedral de Milán, historia y majestuosidad

Milán es una de las ciudades italianas con mayor cantidad de lugares  interesantes, ya sea esto por su grandiosa historia o desde el punto de vista turístico, artístico, deportivo y comercial. Pero lo religioso también ocupa un lugar importante en esta ciudad, siendo su catedral su principal emblema religioso, edificio cuyo diseño no deja indiferente a quien lo ve.

La catedral de Milán es uno de los templos católicos más hermosos de la ciudad la cual es extraordinaria, y la cual está llena de valiosos monumentos y obras de arte. Es por mucho la segundo mayor catedral católica en el mundo, contando con un total de 157 metros de largo y puede albergar dentro de 40,0000 fieles. Esto manifiesta la grandeza de este edificio solemne al que asisten diariamente cientos de turistas con ánimo de tomarse una fotografía junto a la catedral.

Según varias investigaciones que se han hecho a través de la historia, la catedral de Milán fue construida en el corazón de la ciudad, al igual que la antigua Roma. La construcción se inició en 1386 por orden del arzobispo Antonio da Saluzzo pero duró más de 500 años en finalizarse, o sea, hasta el año 1965 para terminarse completamente. Por lo tanto, la construcción de esta impresionante catedral pasó por las manos de varios acreditados arquitectos y figuras notables de la historia italiana.

Si deseas tomar unos días de asueto en Milán y quieres estar cerca de la catedral, debes saber que su horario para visitas es de nueve horas de 9:00 a 17:45, y tiene un coste de 7 euros, si prefieres tomar el ascensor, y 5, si deseas tomar las escaleras.

Una vez te encuentres adentro, podrás deleitarte al ver una completa colección de monumentos y obras de valor histórico y artístico. Incluyendo el sarcófago de los arzobispos, la estatua de San Bartolomé de Marco D’Agrate, el santuario consta de un coro dos órganos, dos púlpitos y dos altares Pellegrini, entre muchas otras atracciones.