A pocos kilómetros de la ciudad de Luxor, nos encontramos con un pueblo egipcio llamado Karnak, conocido por el complejo de templos del mismo nombre que se sitúan en su territorio. Siglos atrás, Karnak fue considerado como el principal centro religioso del antiguo Egipto, y sus templos eran tan hermosos que el pueblo era conocido como Ipet sut (el lugar más venerado).

El complejo de templos fue contruído hace más de mil años. Durante la época, los faraones se sucedieron y cada uno de ellos trató de dejar su huella en la construcción de este grandioso complejo. Consta de 3 zonas principales, el santuario de Amón, con una superficie de 30 hectáreas, el santuario de Mut (la esposa de Amón) y el santuario de Montu, dios solar y de la guerra.

Situado al sur de Egipto, a unos 300 kilómetros de Asúan, se levantan los dos templos del complejo Abu Simbel, probablemente la mayor construcción de uno de los más grandes faraones de Egipto, Ramses II, faraón de la XIX dinastía. Hoy hablaremos del templo mayor (El templo de Ramsés II) el cual cuenta con unas dimensiones de 33 metros de alto y 38 de ancho.

Su entrada está coronada por cuatro colosos sentados de Ramses II con una altura de 22 metros cada uno. El segundo de ellos se rompió al poco de su construcción y no se restauró ya que la Unesco quiso mantenerlo en el mismo estado en el que lo encontró. Al primer coloso se le conoce como «Ramses, sol de los monarcas», al coloso roto como «Ramses, Rey de las dos Tierras». El tercero es conocido como «Ramses, amado de Amón» y el cuarto y último como «Ramses, amado de Atón».

Abu Simbel posee dos templos (datan del siglo XIII A.C.) excavados en roca: El templo de Ramsés II (izquierda de la primera imagen) y el templo de Nefertari (derecha de la primera imagen). Ambos templos pertenecen al Museo al Aire Libre de Nubia y Asuán, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.

En la década de 1960, la construcción de la presa de Asuán hizo elevar el nivel del río Nilo. La subida de las aguas amenazó a los dos templos por lo que en 1964 empezaron a ser trasladados en bloques (algunos de hasta 30 toneladas) a su actual ubicación, el proceso tuvo una duración de 4 años. Foto de la antigua ubicación de los templos y del traslado:

En esta ocasión nos desplazamos hasta el Lago Bogotia, un lago que podemos encontrar en la Reserva Natural de Bogoria, dentro del Valle del Rift, en Kenia.

El Lago Bogoria de Kenia y sus aguas termales

Este lago cuenta con manantiales de agua caliente, fumarolas y géiseres que combinan a la perfección con los flamencos rosas que siempre habitan en el lugar. Este lago alcanza treinta kilómetros cuadrados, y la temperatura de sus aguas es bastante alta. Su profundidad es de una máxima de 9 metros.

Si queremos disfrutar de estas cálidas aguas, es recomendable dirigirnos a las orillas del lago que se encuentran al sur, donde podremos ver a una gran cantidad de turistas aprovechando los beneficios que aporta este remedio natural a nuestro cuerpo. Eso sí, en todo momento deberemos contar con un guía experimentado en la zona si queremos evitar más de un susto que nos puede guardar esta sauna al aire libre.

Si decimos Casablanca, seguramente estés pensando en la película estadounidense mundialmente conocida que data de 1942, y que narra un drama romántico. Pero Casablanca no es solo una ficción, sino que realmente existe y se encuentra en Marruecos. Se sitúa a 80 km de Rabat, en la costa oeste, en el océano Atlántico. Es la ciudad más grande del país con una superficie de 323 km².

Este lugar es conocido como “la capital económica de Marruecos” debido a que aquí se emplea al 15% de la población activa del país.