En el sur-oeste de los Estados Unidos, al norte de Arizona, a 240 kilómetros del Gran Cañón se encuentra el «Cañón del Antílope», que obtuvo su nombre debido a sus inusuales paredes rojas, algo parecido a la piel de un antílope. No es muy conocido en el mundo, pero la belleza y singularidad de este lugar puede impresionar incluso al viajero más experimentado.
Imagen: 1newriver – FlickrEl cañón se ha formado a los largo de cientos de miles de años por la erosión del agua. El agua de lluvia, que baja por las paredes y se mete en las grietas, van formando bellos pasillos. En este lugar no encontraremos bordes en filo o cortantes, sólo suaves transiciones de unas paredes a otras.