Florianópolis es la capital del estado de Santa Catarina, y uno de los principales destinos turísticos del Brasil y de toda Sud América. Esta ciudad, con sus hermosas playas, se encuentra al Este de Santa Catarina, sobre el océano Atlántico. Tiene un nivel de calidad de vida alto, y cuenta con alrededor de 900.000 habitantes, volcados de lleno a los rayos del sol y la diversión.

La mayor parte del territorio de Florianópolis, aproximadamente el 97 %, se encuentra en la Isla de Santa Catarina. En esta isla se puede acceder a un centenar de hermosas playas, alguna de ellas no han sufrido aún la influencia de la civilización y son completamente vírgenes. Además de las playas, cuenta con dos lagunas, Lagoa da Conceição (Laguna de la Concepción) y Lagoa do Perí (Laguna del Perí).

Cartagena de Indias se encuentra al noreste de Colombia. Es una ciudad que se encuentra orillas del mar Caribe, por lo que tiene majestuosos paisajes, hermosas playas y un clima tropical humedo todo el año; con una temperatura media de 30 grados centigrados. Es la ciudad turística más importante de la costa colombiana, declarada por la UNESCO como Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad.

Al igual que muchas ciudades portuarias de América del Sur, para protegerla de los constantes ataques de corsarios e invasores, se construyó el más importante cerco de murallas y fortificaciones de América. Siendo estas murrallas su aspecto turístico más representativo. El proceso de fortificación de toda la ciudad y sus alrededores comenzó en pleno siglo XVI y siguió hasta finales del siglo XVIII, a pocos años de la época de la Independencia.

En Bolivia, a más de 3800 metros de altura, al suroeste del Lago Titicaca (el más alto del mundo); se encuentran las impresionantes ruinas de una misteriosa ciudad, Tiwanaku (también llamada Tiahuanaco).

Poco se sabe sobre los habitantes y constructores de esta ciudadela en medio del altiplano boliviano; se estima que esta sofisticada civilización vivió en esta zona inclusive antes de incas y aymaras. Se presume que ya existía entre tres a cinco siglos antes de Cristo. Contaban con una organización increíble en cuanto a sus sistemas de riego y agricultura, y mantenían esta ciudad como un santuario donde adoraban a sus dioses, el Sol y la Luna.