Real de Catorce es un pueblo muy especial, quizá destaque por tratarse de un pueblo fantasma, donde es posible viajar con amigos o incluso novia o familia para recorrer lo que en su tiempo fue una de las zonas mineras más importantes de Nueva España.

A simple vista no parece especial, pero al llegar se siente esa energía de los pueblos mágicos, una ruta donde la soledad es nuestra compañía y el misterio sale a relucir en todo momento. La ruta del pellote, de las minas, de los mineros, de los paseos a caballo y las caminatas, incluso, del misterio de la vida después de la muerte.